EL ESPIRAL | Símbolo y Arquetipo de la Búsqueda del Alma

“El espiral simboliza el proceso de crecimiento y evolución. Representa el proceso de volver al mismo punto una y otra vez, pero en un nivel diferente, de modo que todo se ve con una nueva luz.” 

Angeles Arrien

Desde adentro y hacia afuera, tal como marca el ciclo de la vida, el espiral es un sí­mbolo que representa el proceso de crecimiento y evolución.

Nuestro Planeta Tierra nació a partir del movimiento en espiral de una nube de gas y polvo cósmico. Por eso los espirales forman parte de nuestro entorno cotidiano, podemos contemplarlos en todos los niveles posibles, tanto en la imagen del espacio como en del tiempo.

El espiral aparece en la naturaleza y en la ciencia: describe la rotación del Universo, los movimientos de las estrellas, las galaxias, el Sistema Solar, en el código universal de la vida, en la genética, en el arte, y en todas las tradiciones espirituales de las culturas humanas.

¿Qué significa el símbolo del espiral?

El espiral es un símbolo primordial. Una forma helicoidal que está presente en lo más recóndito de los seres vivos: la doble hélice del ADN que codifica nuestra herencia. También frecuente en el reino vegetal, evoca la evolución de una fuerza, de un estado. Es continuidad, desarrollo, emancipación, rotación creacional. El espiral es fertilidad, es el inicio y el fin, nacimiento y finitud,  la transformación y evolución.

El cuerpo humano también contiene la triple hélice del cordón umbilical, formado por dos arterias y una vena. Las huellas dactilares, las glándulas sudoríparas y los folículos pilosos, así­ como la estructura torsionada de algunos huesos y el caracol de nuestro oí­do interno -una de las espirales más perfectas- evocan la misma forma, que asimismo las encontramos en las olas del mar, los caracoles, el movimiento de los ciclones o tornados y las espirales de las galaxias.

La naturaleza repite una y otra vez las espirales, un símbolo primordial que nos acompaña desde el origen del sistema solar. En todas las culturas antiguas, el espiral es la forma natural del desarrollo y movimiento, símbolo de la eternidad, la búsqueda del alma, el camino que girando nos permite recordar y regresar al origen divino, ese centro omniabarcante que es origen y destino a la vez.

El espiral es un símbolo que deriva del círculo y da vida a la imagen de la evolución, mostrándonos que es un proceso universal de la humanidad, la naturaleza, la vida y la psique. 

Por eso, es un arquetipo de nuestra psique más profunda. Podemos imaginarnos el descenso desde el espacio en forma de espiral, en un recorrido que atraviesa distintos planos, niveles y estadios del cosmos, convirtiéndose en energía cada vez más densa hasta alcanzar el estado de la materia, tal y como la conocemos. En el orden inverso, el recorrido representa búsqueda de la trascendencia y evolución.

Los estados de conciencia también podemos verlos representados basándonos en el mismo modelo. El vórtice del espiral no sólo regula la vida desde un nivel galáctico hasta un nivel subatómico, sino que también refleja e incluso rige la conciencia.

El espiral puede estimular visiones de desarrollo, de trascendencia, ayudarnos a sintonizar con nuestra voz interior y la dimensión supraconsciente espiritual.

¡Espero te haya gustado este post! Déjame tu comentario 🙂