ASTROLOGÍA, CIENCIA Y TRASCENDENCIA | ¿Es la Astrología una Ciencia?
En este artículo, vamos a tocar un tema muy sensible para todos: ¿Es la astrología una ciencia? ¿Se puede concebir a este saber ancestral como parte del paradigma científico?
Si te gusta o no te gusta la astrología, quizás sea igual de importante conocer algo más allá de lo típicamente divulgado ¿Es la astrología una ciencia? ¿O es una pseudociencia? ¿O ninguna de ellas?
Vivimos un tiempo de profundos cambios de paradigmas, y no podemos comprender el presente si no comprendemos el pasado. Por eso, para responder esta cuestión, es necesario primero observar, al menos sintéticamente, la historia de la cultura occidental en torno al significado de la Ciencia, para así comprender los cambios de paradigmas y transformaciones culturales a lo largo del tiempo, y así, a partir de ello, entender mejor la concepción de la ciencia actual y el lugar que ocupa y ha ocupado la astrología como saber.
Pero antes de abordar este artículo extenso, te invito a ver esta breve entrevista que me hicieron hace pocos días para un programa de televisión del Canal de la Ciudad de Buenos Aires.
Astrología, Ciencia y Espiritualidad
Aquí y ahora estamos viviendo un período de transformación de la civilización, por eso vemos caos y el desvanecimiento de paradigmas y creencias que hasta hace muy poco dábamos por ciertos. Podemos enmarcar este proceso en torno al pasaje de la Era de Piscis a la Era de Acuario, sin embargo, más allá de las posibles e infinitas interpretaciones del espíritu de esta época, me interesa aquí dar a conocer algo muy importante para aquellos que investigamos este saber ancestral: la astrología no es ciencia ni pseudociencia, la astrología trasciende el paradigma científico.
Tanto las ciencias naturales (por ejemplo la biología) como las ciencias sociales (tal como la sociología) y las humanidades (como el derecho) son parte de la comunidad de disciplinas del conocimiento. Estas disciplinas se caracterizan por ser investigaciones críticas y sistemáticas orientadas a adquirir la mejor comprensión posible sobre el funcionamiento de la naturaleza, los seres humanos y la sociedad, por eso son consideradas una ciencia desde la concepción actual.
Sin embargo, la astrología no solo las incluye e integra sino también las trasciende, tanto desde lo conceptual como también desde lo temporal, espacial y así también en cuanto a los métodos y observaciones de los fenómenos de estudio.
La astrología no es ciencia, ni tampoco pseudociencia. La astrología es metacientífica, es decir, trasciende el concepto y la concepción de la ciencia, porque incluye en su campo de observación y experimentación al misterio.
En este sentido, también numerosos científicos han trabajado con la astrología y lo siguen haciendo. Los postulados de la Física Cuántica, que evolucionan a la física newtoniana mucho resuenan con el paradigma astrológico. Tal es así, por ejemplo, que Wolfgang Pauli, Premio Nobel de Física, nominado por Albert Einstein, trabajó con Carl Gustav Jung para elaborar su Principio de Sincronicidad, en base a un estudio astrológico de carácter fenomenológico. Con esto quiero simplemente citar un claro ejemplo de cómo la astrología también ha sido y es utilizada por científicos de mucha importancia en la cultura; no porque sea una ciencia, sino porque colabora quizás en estudios de carácter científico.
Ciencia Antigua y Ciencia Moderna
Se conoce como Ciencia Antigua (en oposición a la Ciencia Moderna) a las formas de observación, estudio y entendimiento de la naturaleza presente en las épocas de la Antigüedad, Edad Media y el Renacimiento.
El punto de inflexión, que transforma el paradigma de la ciencia antigua en ciencia moderna es la Revolución Científica. Es decir, la Ciencia Moderna nace a partir de la Revolución Científica de Europa del s.XVI y XVII.
El S.XVII inaugura con Giordano Bruno quemado en la hoguera. La Iglesia y la Santa Inquisición persiguió, hostigó y hasta quemó vivos a precursores del pensamiento cosmológico, matemático, poético y muchos de los estudios que dieron lugar a la Revolución Científica. Por ejemplo, el sistema heliocéntrico de Nicolás Copérnico, el trabajo de Galileo Galilei y de Johannes Kepler, padres de la Revolución Científica, fueron todos trabajos declarados heréticos. Los estudios científicos amenazaban al poder religioso de la Iglesia. Sin embargo, estimo que hubo en algún momento un pacto o un acuerdo secreto entre poderosos para que, a partir de ese tiempo, la Ciencia se ocupe de determinados estudios que no impliquen una amenaza al poder de la Iglesia. Para ello, la Ciencia debía amputar de su campo de estudio al universo metafísico, la energía inmaterial, el mundo no manifiesto. Asi fue que todo campo de conocimiento que incluyera la dimensión metafísica como fundamento fue vapuleada y declarada inválida.
En ese tiempo, la Astronomía y la Astrología eran una misma disciplina, era la observación de la matemática del universo, la cosmología. Como en todo saber, habían diferentes ramas también, y así algunos autores se abocaban más a la mirada de lo metafísico y su relación con las leyes ocultas de la creación, como por ejemplo John Dee, y otros a la mirada de lo físico. Sin embargo, lo físico y lo metafísico siempre han estado entrelazados para la mirada de lo astral o lo cosmológico.
Así, hasta la entrada a la modernidad, la Astronomía, la Astrología eran una misma disciplina, absolutamente hermanadas con la Alquimia. A partir de la entrada a la modernidad, la ciencia se concibió únicamente para el estudio del universo físico (ya no del metafísico), erigiéndose como Ciencia todo aquello que pueda regirse por el método científico materialista como forma objetiva y comprobable de aproximarse a la verdad. Este método científico, a su vez, se apoya en la falsa creencia de que existe una verdad objetiva, de que los cuerpos físicos existen separados de la energía inmaterial, y también a partir de la ilusión de que la mente humana puede llegar a conocer o explicarlo todo.
Mientras la ciencia antigua partía de presupuestos metafísicos, la ciencia moderna los rechaza de plano. La ciencia moderna se opone a las formas de metafísica, pues considera que todo debe poder ser explicado, para lo cual necesita echar a un lado todo el universo metafísico, el mundo energético, invisible y misterioso. Mientras la ciencia antigua buscaba dar con las causas de los fenómenos, la ciencia moderna persigue la formulación de leyes que sirvan para describir cómo opera la naturaleza en general, de manera de poder explicarlo todo, concibiendo al mundo y todos los cuerpos físicos como un sistema previsible, objetivo. Al misterio se lo tacha e invalida. Y eso es lo falso.
Así, los científicos modernos basaron, y basan aún hoy, la concepción del estudio y conocimiento únicamente en la observación, la experimentación y la especulación racional, dando lugar a la mentalidad laica, racional y materialista que es parte del ser humano occidental moderno.
Sin embargo, si nos detenemos a cuestionar los fundamentos que dieron lugar a la ciencia moderna, muy directamente nos topamos con los estudios y avances técnicos y científicos generados en la época del Renacimiento; una época que brotó de la mano de una concepción de la vincularidad entre el ser humano y el universo.
La innovación tecnológica y el impulso de las matemáticas durante el Renacimiento, permitieron dar lugar a la invención del telescopio, la imprenta y múltiples invenciones que generaron un punto de inflexión en la cultura universal. Todo ello fue, a la vez, la fuerza impulsora de la Revolución Científica posterior.
Además, la época del Renacimiento es un tiempo caracterizado por el florecimiento de las ideas de la antigüedad, conocimiento que se recupera en virtud de la impronta de la familia Medici de Florencia, Italia. Ese tiempo de la historia que dura dos siglos tuvo como cualidad esencial la recuperación de dos grandes saberes: la filosofía de Platón y la naturaleza arquetípica de la naturaleza (antigua Grecia) y la recuperación de la filosofía hermética (antiguo Egipto) a partir de la traducción del Corpus Hermeticum al latín. Si entendemos que la recuperación de estos saberes han sido la cualidad esencial del Renacimiento, y que a la vez ello impulso la Revolución Científica, podemos decir que es a partir de la recuperación del conocimiento antiguo y los saberes primordiales que florecen las ideas que luego dan lugar a la Revolución Científica.
El Renacimiento s.XV y XVI fue la época dorada de florecimiento de las ideas, la primavera de la mente, que brota en virtud de la recuperación de saberes primordiales como la filosofía platónica y la tradición hermética, impulsada primeramente por Cosme de Médici y Marcilio Ficino. A partir de ese tiempo se expande una cosmovisión del mundo centrada en lo arquetípico y lo alquímico. Con ello, vemos de manifiesto la importancia que puede implicar la recuperación del conocimiento antiguo.
Sin embargo, el mundo posterior a la muerte de Giordano Bruno, la modernidad, quitó la visión espiritual del mundo y sus seres naturales. La modernidad se erigió sobre el concepto de ciencia materialista, una concepción que rechaza el orden metafísico como parte de la observación y estudio, rechazando de plano toda dimensión que no pueda ser vista desde la más pura razón “objetiva”, aniquilando la observación del misterio, la energía, lo invisible.
La Astrología incomoda, genera mucha resistencia, porque requiere abrir el pensamiento para pensar la vida bajo un nuevo paradigma.
Ahora, vivimos un tiempo en el que se está desvaneciendo ese paradigma imperante en los últimos 3 o 4 siglos, esa concepción del mundo basado únicamente en la materia, y el espíritu (Dios, energía, creación) separado del planeta y sus seres. Asistimos a un tiempo en el que se desvanece un concepto de ciencia basado únicamente en el estudio del mundo manifiesto, el mundo físico y materialmente perceptible.
Psique, Cosmos y la Teoría de los Sistemas
Aplicando la Teoría de los Sistemas al Sistema Solar, podemos comprender la visión holística no sólo en términos de la organización material del Universo, sino también su estructura y organización psicológica. La observación de la interrelacionalidad y la interdependencia de los fenómenos físicos y metafísicos, es decir, la percepción de un orden formativo trascendente detrás de la naturaleza, es la base de la astrología como saber, así como también de la Física Cuántica.
La visión holística de la realidad es un elemento fundamental en la astrología, que nos permite explorar, investigar y observar la correspondencia de la psique y el cosmos. Este enfoque holístico, integrativo y de interdependencia de la vida en todas sus formas, lo material y lo inmaterial, de la naturaleza y el cosmos, nace en la filosofía de Platón bajo el concepto de Anima Mundi o Alma del Mundo.
Desde esta visión, el Cosmos es una totalidad interconectada e interdependencia cuyas partes resuenan juntas en una “simpatía” armónica de correspondencias significativas.
Varios siglos después, en el Renacimiento se retoma esta visión del Universo como un organismo vivo y sensible, cuyas partes están unidas con todas las demás por la fuerza de la atracción mutua (el amor).
Luego, la Revolución Científica y la Santa Inquisición, abrieron una nueva era en la concepción del conocimiento válido en el mundo: el materialismo científico, donde lo único que existe y que puede ser estudiado es el universo material, los cuerpos físicos. Así, el universo metafísico quedó limitado al Dios de la Iglesia.
El mundo actual está atravesado por el paradigma del materialismo científico, la ciencia moderna, en contraposición a la ciencia antigua, que incluía la metafísica como parte de sus estudios sobre los fenómenos de la naturaleza. La concepción actual de la ciencia está basado en la creencia de que podemos vivir unicamente con el conocimiento del mundo de la materia, de la naturaleza física del planeta. Y eso es lo falso.
La astrología trasciende la ciencia, al menos su concepción moderna ligada al materialismo científico. La astrología es un saber que forma parte de todos los tiempos y todas las culturas del mundo. Por eso, no solo trasciende la concepción y metodología científica en tiempo y espacio, sino que trasciende su paradigma porque incluye para su observación y experimentación al misterio, algo vedado y rechazado por la mirada científica moderna.
La astrología acredita el misterio, lo incluye como parte de su observación, estudio y experimentación. Entonces, la Astrología no es ciencia, ni pseudociencia. La astrología trasciende la ciencia porque incluye en su estudio el misterio, y por eso es metacientífica.
Desde esta mirada, entonces, podemos abordar la Astrología incluyendo la Ciencia y sabiendo también que este saber ancestral la trasciende, de la misma forma que ha trascendido en el tiempo y atravesado a todas las culturas del mundo, del mismo modo que el espíritu trasciende la materia.
Carolina Goldsman.
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