Venus en Virgo : Simpleza y Transparencia
El tránsito de Venus en Virgo nos mueve hacia el contacto con nuestra más pura naturalidad, para relacionarnos desde la inocencia, contemplando la sensualidad de la pureza y la transparencia para crear vínculos sanos y estables. Es tiempo de abrirnos a lo nuevo, limpiarnos el maquillaje, hacer contacto con la sencillez y valorar nuestra belleza natural.
Venus es el planeta que representa la energía femenina, y se expresa en la forma de dar y recibir amor, goce sensual y cuidado con los demás. El deseo y la atracción, el amor por uno mismo, el erotismo, la autoestima, la belleza y la armonía, son el eje central de esta energía.
Durante su tránsito por Leo, Venus alimentó nuestro poder personal, que sigue vibrando fuerte ahora y durante todo el tiempo en que el Sol transita por la energía leonina.
Venus representa al arquetipo cósmico de la integración de los opuestos, el balance entre energías diferentes que, al mezclarse, forman una nueva entidad. Es la energía de la Alquimia. Es la energía de la integración del Yo con el Otro para crear el Nosotros.
Por eso, al vibrar en la energía de Virgo, Venus nos lleva a replantear nuestros vínculos, analizar nuestra realidad vincular aquí y ahora para observar aquello que debemos mejorar al momento de abrirnos al otro para crear lazos de unión.
Venus en Virgo nos conduce hacia la integración de la transparencia, sencillez y simpleza en nuestros vínculos íntimos, y nos deja ver que no hay lazo más fuerte que aquel que se construye paso a paso con naturalidad y pureza.
Así, durante este tránsito de Venus en Virgo el Cielo nos irradia energía para cultivar la inocencia y contemplar la sensualidad de la transparencia. Crear vínculos sanos y estables es la gran oportunidad, haciendo contacto con la sencillez a la hora del compartir.
Es tiempo de meditar y reflexionar sobre aquellos vínculos que dejan brotar nuestra más bella naturaleza humana. Es tiempo de valorar la simpleza, la autenticidad y la transparencia para armonizar realmente con el otro.
Es tiempo de tener bien presente que la calidad del encuentro con el otro se sustenta en la autoestima y que la belleza más pura es aquella que irradiamos cuando trabajamos por ser la mejor versión de nosotros mismos, para darnos, brindarnos, ponernos al servicio del encuentro con el otro, y construir juntos un Nosotros real, sano, simple y natural.